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BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA OLIGARQUÍA APÁTRIDA EN VENEZUELA
Por:
Ángel C. Velásquez
            Cuando observamos el comportamiento de la burguesía venezolana,  apoyando de manera irrestricta y sin la más mínima vergüenza, a cualquier agresión extranjera a nuestro país, venga de donde venga, esa posición no se explica sólo por el odio que sienten contra el proceso revolucionario y el Presidente Chávez, toda vez que no pensaron que  el Socialismo que ellos han criminalizado, pudiera dar buenos resultados en Venezuela, con lo que han perdido algunos  privilegios. Esta actitud apátrida está asociada a problemas históricos y estructurales de coloniaje mental de cómo se ha construido el imaginario social de esta clase social a lo largo del proceso histórico venezolano.
El Coloniaje Mental de la Oligarquía Criolla se Inició con España
            Recordemos que las élites de poder en Venezuela nacieron ligadas  a la tierra pero dependientes políticamente de la monarquía española, como uno de sus primeros lazos de sujeción al dominio extranjero. El Estado monárquico español legalizó la encomienda como  empresa colonizadora en la cual participaron españoles, blancos y  la iglesia. Estos sectores bajo la figura de encomenderos no sólo domesticaron a la población nativa sino también los despojaron de sus tierras y los esclavizaron. La encomienda permitió a los encomenderos, reservarse la propiedad de la tierra arrancada a los nativos.
Hacia 1810, cuando se produce la ruptura política con el Estado monárquico español, las élites dominantes estaban compuestas mayormente  por hacendados y comerciantes. Después de formalizada jurídica y políticamente la ruptura con la monarquía española el 5 de julio de 1811,  la élite que se había constituido, ahora concentra el poder económico pero también el político.
La reconquista de la colonia venezolana reiniciada por España, hace que Bolívar ejecute el Decreto de Haberes Militares en 1817, el cual consistía en otorgar la tierra como bien nacional a todos cuanto participaran en el proceso por la independencia de Venezuela, condicionando su entrega a la jerarquía militar que se obstentara para el momento de producirse la emancipación.
La Oligarquía Colonizada nace Asociada a la Tierra Arrancada a los nativos.
Es por ello  que algunos  Generales acumularon grandes extensiones de tierras y se volvieran  verdaderos latifundistas. Es el caso del General José Antonio Páez quien entre 1824 y 1830 no sólo acumuló tierras sino también poder que le sirvió para enfrentar a Bolívar y, junto con Santander y la oligarquía colombiana, contribuir al fracaso del proyecto de Unidad de Colombia. Ellos representaban un proyecto de élites no de igualdad social como proyectaba Bolívar; proyecto de gran importancia geopolítica para el momento como única posibilidad cierta  para enfrentar al gran imperio del Norte que ya desde aquellos tiempos amenazaba con apropiarse de las colonias de España en el continente.
Como parte del desarrollo del capitalismo en Europa y la lucha por nuevos territorios y mercados, a partir de 1821 el comercio europeo tiene una  presencia significativa en nuestro territorio a través de alemanes, ingleses, franceses y holandeses. Es harto conocido que los europeos y, particularmente, los ingleses financiaron parte del proyecto de emancipación por cuanto estaban interesados en anexarse las ex colonias de España para convertirlas en nuevos mercados de consumidores de las mercancías que producía su pujante industria y para sustraer materia prima.
A raíz de la muerte de Bolívar  y la conformación de la República de Venezuela en 1830 con todo su desencadenamiento sociopolítico,  el alto comercio compuesto mayormente por capital foráneo que venía actuando desde antes, impuso  leyes como: la Ley de Libertad de Contratos del 10 de Abril de 1834  con la que legalizaron  la usura y se  apropiaron de  parte de las  tierras  de los latifundistas  de tal forma que ya para 1835 los comerciantes los habían  desplazado de algunas esferas del poder. Igualmente, la Ley de Espera y Quita, en 1941, con la que el alto comercio se apropiaba de las tierras de los latifundistas si éstos no cancelaban los créditos en el tiempo estipulado en la Ley, profundizó el despojo de las tierras a favor de los comerciantes. Todas estas leyes fueron dictadas por el Estado liberal. Esta práctica de usura desarrollada por el alto comercio, con anuencia del Estado, generó una gran contradicción con los terratenientes que atravesó todo el siglo XIX venezolano y contribuyó a que se produjera  la Guerra Federal.
El Coloniaje Mental de la Oligarquía Criolla Continua con Inglaterra
No obstante, estas clases propietarias hegemónicas, con toda la concentración del poder,  lejos de constituir una propuesta de República Autónoma y soberana;  y con más de 330 años de coloniaje encima, amarra, por segunda vez, sus nuevos lazos de dependencia a Inglaterra. Ya para finales de la primera mitad del siglo XIX esta aristocracia incorpora a Venezuela al mercado mundial en el marco del llamado Modelo Primario Exportador en el cual Venezuela envía a Inglaterra materia prima y de allá venían productos elaborados, como parte de una nueva División Internacional del Trabajo. En esta nueva sujeción al capital internacional, la aristocracia territorial criolla  se pliega al liberalismo económico dominante en Inglaterra desde la segunda mitad del siglo XVIII, y profundiza el modelo de Estado liberal-burgués dominante en Francia desde los tiempos de la Revolución Democrático-burguesa iniciada en 1789. Para los años setenta del siglo XIX con los avances de modernización y modernismo en Francia, el imaginario social venezolano fue permeado por la cultura parisiense expresadas en las políticas ejecutadas en Venezuela por Guzmán Blanco. 
A partir  del momento en que se constituye la República y a lo largo de lo que resta del siglo XIX, la aristocracia territorial criolla compuesta mayormente por altos comerciantes prestamistas y terratenientes,  profundiza la lucha  por el control de la tierra y el poder político, contradicción que  también involucra un sector de comerciantes  que se alían al alto comercio en calidad de socios menores; lucha que  atravesó todo el siglo XIX hasta inicios del siglo XX, largo período de guerras civiles y en donde resaltan: las insurrecciones campesinas de 1846 y 1848 en la lucha por la tierra,  la Guerra Federal (1859-1863) la cual, atizada por la crisis mundial de sobreproducción del capitalismo para 1855, contribuyó, entre otras cosas, a romper algunas distancias entre esa aristocracia y el pueblo excluido, oprimido y de relaciones de trabajo de servidumbre; pero también a la proliferación de caudillos regionales y locales.
El Coloniaje Mental de la Oligarquía Criolla se Profundizó con su Dependencia de los Estados Unidos
Hacia el siglo XX, con la explotación petrolera fruto de las concesiones otorgadas por el General Juan Vicente Gómez a Estados Unidos, seguida por López Contreras, y el tránsito de la economía agrícola a una economía fundada en la renta petrolera, los nuevos grupos económicos que surgieron amparados en dicha renta, se confrontan a lo interno a través de dos proyectos políticos: uno democratizador impulsado desde el Estado por Isaías Medina Angarita (1941-1945) y otro que aspiraba seguir usufructuando las riquezas del país a la vieja usanza pero aliados con el gran capital norteamericano.  A partir del momento en que Medina es derrocado con un golpe de Estado dirigido desde los Estados Unidos y ejecutado por Acción Democrática (1945),  los grupos económicos y sectores políticos que dirigen el país, establecen las bases de una tercera sujeción al gran capital, esta vez norteamericano, como siempre, en calidad de socio menor.  Esta nueva dependencia del capital extranjero que se inicia con el trienio adeco y continúa con la dictadura de Pérez Jiménez y los gobiernos de la llamada democracia representativa, con diferencias de matices, se va a remontar hasta 1998 que con el triunfo del Presidente Hugo Chávez y la promulgación de  la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en 1999, se produce una ruptura política con esta élite dirigencial apátrida, sujeta a los grandes centros de poder, y se abre un nuevo horizonte político orientado a romper los lazos de dependencia del imperialismo norteamericano y de los grandes centros de poder mundial, la defensa de la soberanía y la construcción del socialismo bolivariano. Estos cambios políticos se producen en la base material de la sociedad mayormente; sin embargo, el imaginario social construido a lo largo de la historia venezolana, atizado por el coloniaje mental reproducido como impronta cultural por las élites de poder que dirigieron el país hasta 1998, tiene todavía un alto predominio  en nuestro pueblo y se ve expresado cuando se piensa que lo extranjero es superior a lo nuestro, en la cultura del consumo, en el “sueño americano” y el registro que se hace todos los días de que para construir una  sociedad que logre un equilibrio entre  los seres humanos y la naturaleza, hay que ser como Europa. 
De 500 Años de Coloniaje Mental, no se Podía Esperar otra cosa: Oligarquía Colonizada, Oligarquía Apátrida.
Como es notable, son 500 años  de coloniaje que han tenido los grupos oligárquicos venezolanos que se turnaron en el poder plegados, como la rémora al tiburón, al gran capital internacional; por tanto son sectores que en el proceso de la construcción histórica de su imaginario social, se han pensado siempre dependientes de grupos económicos y países extranjeros; su idea de desarrollo y  progreso la asocian a las ataduras que puedan tener con el capital extranjero; siempre han mirado hacia afuera. Sólo han mirado hacia adentro para ver qué recursos entregan a sus amos externos. Se piensan inferiores a los grupos económicos extranjeros; se manejan con una concepción inmediatista y pragmática de la vida. Validan la importancia del otro por lo que poseen no por lo que son y se relacionan con el otro a través de la hipocresía. No quieren al país porque nunca construyeron  una identidad nacional ni un pensamiento propio, pero tampoco son ciudadanos cosmopolitas ni cultos; simulan serlo. En su tiempo se limitaron a copiar modelos, comprar todo afuera y a estar al día en el consumo de las últimas baratijas y enlatados culturales que venían de Europa o los Estados Unidos. Vivieron del Estado y hoy lo critican. Su diplomacia sirvió para entregar nuestro territorio al extranjero; por eso critican que se asuma hoy una posición digna y firme ante cualquier  agresor.
Durante  500 Años de Coloniaje, Hubo un Estado Complaciente al capital,  una élite Eclesiástica corresponsable de la Dominación y no se Construyó identidad Nacional.
Es curioso que desde 1498 hasta 1998 el papel del Estado, en sus diferentes formas que asumió, siempre estuvo al servicio del gran capital nacional e internacional, no construyeron  nación (identidad e historia) y la alta jerarquía eclesiástica como parte de las élites de poder que también contribuyeron a la dominación y a usufructuar las riquezas del país, siempre ha estado de lado del gran capital y muy lejos de Cristo y de los pobres, al igual que la élite militar que  acompañó a esas oligarquías en su tiempo.
Oligarquía Apátrida Busca Padre protector
Estos grupos económicos apátridas se sienten huérfanos y buscan un padre salvador representado hoy en la élite que dirige a  los Estados Unidos. Hoy no tienen nada que ofrecer al pueblo venezolano porque nada construyeron; se sienten desconcertados y en decadencia porque lo que ellos creyeron no funcionaba, dio sus frutos. Perdieron sus privilegios y por eso expresan odio y  desespero. Su  frustración los lleva a que  siempre estén de lado de quienes pretendan agredir a nuestro país y ruegan que los Estados Unidos invada a Venezuela a ver si recuperan lo que creen haber perdido. Esto explica que hoy la oposición venezolana y muchos venezolanos y venezolanas que adversan el proyecto político que se adelanta en Venezuela, se hayan puesto irrestricta e incondicionalmente al servicio de los intereses de las élites de poder que dirigen al mundo y no les importa lo que pueda pasar con el futuro de las venideras generaciones si en Venezuela el imperialismo norteamericano o la Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN), invada a nuestro país, se apropie de nuestras riquezas, nuestro petróleo, nuestras reservas internacionales, las de agua y oxígeno y nos convierta en una nueva base militar en el continente. Ya el varón Humboldt lo advertía en 1817 en sus memorias: la gente que gobierna estas tierras prefiere ser dirigido por extranjeros que entregarle el poder a los pardos, mulatos, esclavizados, nativos, entre otros sectores  sociales que luchaban contra la aristocracia territorial criolla, por mejores condiciones de vida, trabajo y derechos políticos.
 Esta situación es extensiva a la mayoría de las oligarquías de  este  continente; incluso la oligarquía colombiana; oligarquías que  tienen las mismas raíces históricas; por eso es que  están imposibilitadas de dirigir cualquier país y gobernar para las mayorías porque desprecian a los pobres y han dormido por siempre en los brazos del gran capital transnacional.
Los tiempos actuales donde está en juego el futuro del planeta, reclaman otro sujeto histórico. Por eso en Nuestra América vivimos  el tiempo de la insurgencia de los pueblos contra el yugo de los imperialismos y sus oligarquías lacayas.


6 de marzo de 2018

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